Era su enlace con la infancia.
Cada naranja lo sumergía en el rito,
Siempre el mismo
De mondarla en una tira única.
Qué concentración,
Qué gestos los de su boca,
Qué fuerza contenida,
Qué ilusión y satisfacción final.
El resultado
al aire alzado,
lo mostraba con pícara sonrisa,
¡Mira…!
Cada naranja lo sumergía en el rito,
Siempre el mismo
De mondarla en una tira única.
Qué concentración,
Qué gestos los de su boca,
Qué fuerza contenida,
Qué ilusión y satisfacción final.
El resultado
al aire alzado,
lo mostraba con pícara sonrisa,
¡Mira…!
No hay comentarios:
Publicar un comentario